Aquest 8 de maig passat, Gemma Tramullas escriu un artícle a Rebelion sobre l’Assamblea de Resistències al Fòrum i on es cita al Seminari com un dels col·lectius que l’impulsen.

Enllaç a l’artícle

Barcelona 2004

Desenmascarar el Forum, un negocio en nombre de la paz

Gemma Tramullas

Hace tan sólo unos días, el director general del Fòrum, Jordi Oliveras, llamó personalmente a algunos de los miembros de la Assemblea de Resistències, a título personal y como colectivo, para invitarles a recorrer el recinto. Debió tratarse de una llamada de cortesía, porque la respuesta ha sido, es y será siendo la misma: “No”.

Durante casi un año, decenas de colectivos e individuos que forman parte de los llamados movimientos sociales han trabajado para “desenmascarar el Fòrum, un negocio en nombre de la paz”. Con la cacerolada y las acciones previstas para hoy culminan meses de encuentros, exposiciones, talleres y conferencias.

El miércoles pasado, unas 40 personas asistieron, en la Casa de la Solidaritat del Raval, a la última reunión de la Assemblea de Resistències antes de la inauguración del Fòrum. Terminaron de atar cabos cara a instalar el domingo su paradeta con documentación, mapas informativos, carteles, camisetas y chapas contra el macrofestival, y concretaron varias acciones sorpresa para hoy. EL PERIÓDICO, que se presentó sin avisar, fue invitado a abandonar la sala.

Todo empezó el verano pasado, cuando sobre la ciudad aún pesaba la resaca del éxito de las protestas contra la guerra. Según un miembro de la Assemblea, “en las primeras reuniones se planteaba cómo podíamos informar a la gente de por qué estábamos contra el Fòrum si ni siquiera se sabía lo que era”. Desde un comienzo se acordó no hacer un antiFòrum. Las manifestaciones antiglobalización de Seattle, Praga, Génova y Barcelona no servían de modelo.

Algunos grupos se retiraron: “pasar de la historia” era la mejor opción. Hubo momentos de desánimo y, en invierno, la Assemblea estuvo a punto de desaparecer.

Sin embargo, a medida que se acercaba la inauguración empezó a cuajar cierta sintonía entre los colectivos más teóricos (Seminario de Economía Crítica Taifa, Arquitectos Sin Fronteras, los urbanistas de Pilar Prim y, a título individual, el antropólogo Manel Delgado y el filósofo Santiago López Petit), los más creativos (Las Agencias, la sala conservas, Rotor), Ecologistas en Acción, antimilitaristas, Assemblea de Okupas, medios de comunicación alternativos y asociaciones de vecinos contra la especulación.

El 24 de marzo se presentó oficialmente la Assemblea de Resistències al Fòrum. Nada que ver con la multitudinaria Plataforma Aturem la Guerra. Faltaban todos los partidos de izquierda, colectivos y ONG implicados en el Fòrum. Algunos miembros de la Assemblea no ocultan su decepción.

“El Fòrum es una operación muy inteligentemente programada que intenta hacer una réplica falsa y perversa de los foros de los movimientos sociales que ya existen”, opina Miren Etxezarreta, economista del Seminario Taifa. El festival de las culturas se habría apropiado del lenguaje de los movimientos sociales y de la etiqueta de Barcelona, capital de la paz para hacer negocio.

Es fácil hacer frente común contra una guerra, pero ¿cómo oponerse a una cita que dice basarse en la paz, la sostenibilidad y la diversidad? “Detrás de las manifestaciones contra la guerra hay mucha emoción y poca reflexión, y en el caso del Fòrum hacía falta pensar y reflexionar mucho”, dice Etxezarreta.

La Assemblea ha publicado sus 10 razones para no ir al Fòrum y ensayos sobre el modelo de ciudad de lujo y no participativa que representa el acontecimiento (La otra cara del Fòrum de les Cultures SA), ha elaborado mapas-denuncia contra algunas empresas patrocinadoras y ha contactado con personajes como Noam Chomsky, Günter Grass, Naomi Klein y José Bové para convencerles de no participar en los diálogos. Los cuatro han declinado la invitación. Más de mil han dicho que sí.