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Se habla muchísimo de la crisis en los medios pero realmente se explica poco o nada. Quizá por esta razón en los últimos años el Seminario de Economía Crítica Taifa se ha convertido en un colectivo de formación de referencia para los movimientos sociales, especialmente en su casa principal, Catalunya. En este artículo, Elena Idoate, investigadora militante y coautora de muchos estudios del Seminario, nos ofrece un análisis integral y a fondo de la crisis en el Estado español. Examina las raíces de la crisis, su evolución hasta ahora y las trampas mortales que nos tienden los sirvientes políticos leales al capitalismo –un sistema históricamente muerto pero que sigue matando y más. Sin embargo, Idoate acaba celebrando que “la situación límite” que se está creando también hace posible la confluencia de luchas que abre una posible salida a la crisis.

Nos encontramos en el ojo del huracán de la crisis, donde está golpeando con más fuerza, para desestabilizar los mercados financieros internacionales y sacudir las posibilidades de recomposición del capitalismo. Rajoy anuncia, entre aplausos en el Congreso, el recorte más bestia de la historia, mientras la policía reprime la marcha minera en Madrid con balas de goma. Las cuestiones bancarias y de la deuda son temas de primer orden, ya que el pago de las pensiones, los hospitales, las escuelas, el paro y las ayudas dependen de que en el corto plazo se resuelvan mecanismos de financiación. Pero el conflicto social y el cierre de los mercados financieros, con fuga de capitales incluida, tienen que ver con cuestiones que van más allá. Llegir més

IVAN GORDILLO | La Directa – 24/05/2012

Durant les darreres setmanes el cas Bankia ha monopolitzat les tribunes econòmiques dels mitjans de comunicació convencionals. Aquest debat ha revifat les discussions sobre la insolvència de l’economia espanyola que tant sembla preocupar als mercats. Paul Krugman, l’economista vedet premiat amb el Nobel, va afegir benzina al foc anunciant que es produiria un corralito a l’Estat espanyol. Per acabar-ho d’adobar, el programa Singulars de TV3 va convidar dos assessors de fons d’inversions per explicar un pla de sortida de la crisi catastrofista i lamentable que ens condemnaria a la misèria. Tot plegat una cortina de fum que no ens deixa veure l’arrel del problema. Intentarem destriar el gra de la palla i de passada explicar la darrera reforma financera.

El passat 11 de maig s’aprovava el Real Decreto-ley sobre saneamiento y venta de los activos inmobiliarios del sector financiero, la segona reforma financera en tres mesos, la quarta en els darrers tres anys. Totes elles havien d’acabar amb els dubtes sobre el valor dels actius del sector financer però sembla que les tres ministres d’economia que s’han succeït en el càrrec han errat. Aquesta reforma exigirà a les entitats financeres comptabilitzar noves provisions respecte els actius immobiliaris que posseeixen, arribant en alguns casos fins al 52% del seu valor. S’obliga així a les entitats a guardar diners en previsió de que el negoci immobiliari provoqui pèrdues, quelcom més que probable veient com aquest mercat ha caigut fortament els darrers anys i que el valor dels immobles estan inflats després de la bombolla dels anys 2000. Es calcula que el valor total de les provisions ascendirà a 28.000 milions d’euros pel conjunt del sector financer. Per altra banda, cada entitat haurà de crear una societat paral·lela, el que s’ha popularitzat amb el nom de “banc dolent”, on destinarà tots els “actius tòxics”, és a dir, aquells que no es poden vendre i, per tant, el seu valor de mercat és pràcticament zero. El propi Banc d’Espanya calcula que aquests actius poden ascendir a 184.000 milions d’euros, un 18% del PIB!
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A su vez, las referencias de autoridad en el campo económico son todas ellas del mismo palo (ATTAC, Economía Crítica, Taifa), el de la izquierda colectivista, opuesta radicalmente no ya al liberalismo, sino también a la socialdemocracia traidora y vendida al capital.


José Ignacio Wert – Ministre d’Educació, Cultura i Esports del Reino de España
en un article d’opinió sobre les indignats (30/06/2011).

“El cierre del espacio aéreo me cogió fuera de casa, esperando regresar pronto en un vuelo corto. Por el contrario, tardé un día entero en volver en tren y suerte que tuve billetes. Lo digo para que no parezca que hablo desde la barrera.

Los controladores aéreos no es el grupo de trabajadores por los que siento más simpatía. Personas que ganan 200.000 euros al año están fuera de mi órbita, no sólo personal sino de mi preocupación por los asuntos colectivos. Que son un grupo enormemente privilegiado, nadie puede dudarlo. Disponen, además, de una gran posibilidad de monopolio y una enorme capacidad de incidencia en el bienestar de todos los demás, como todos los trabajadores del transporte colectivo. Pero no me parece que la histeria generada ante su ‘huelga’ es la reacción más adecuada. Por ello me animo a hacer algunos comentarios:

Sus privilegios no hacen intolerable que este colectivo de trabajadores luche por sus derechos. Aunque no del mismo nivel, desde luego, hay muchos otros grupos de trabajadores públicos que se consideran privilegiados –profesores de universidad (entre los que me cuento), jueces, altos cargos de empresas y de la administración pública y otros- y creo que tienen sus derechos y deberían defenderlos, mientras no cambien otras cosas que conduzcan a un mayor igualitarismo en la sociedad. Por eso no me parece mal que estos empleados privilegiados defiendan sus derechos, que, además, están siendo atacados muy intensamente. Todavía no hace mucho, estos profesionales ganaban 350.000 euros al año, y ahora ganan 200.000 (aunque da vergüenza escribir estas cifras). Todavía es una barbaridad, pero es normal que luchen contra esta rebaja. Trabajaban 1.200 horas anuales y han pasado a trabajar 1.670 y, lo que parece que ha desatado su furia, es que recientemente el Gobierno ha pasado un decreto por el que los días de baja no se computarán como parte de la jornada de trabajo. Cuando en todos los empleos la baja se computa como parte de la jornada laboral.
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